Qué gran placer cuando el regalo no es una obligación, sino una forma de decir «te quiero». Cuando nos deleitamos buscando esa sorpresa especial, inesperada, única, que sabemos que va a encajar y a hacer ilusión.
Estas Navidades nos hemos propuestos hacer las compras Navideñas de una manera diferente, al estilo Slow Christmas: piensa en esa persona a la que quieres regalar algo, recuerda momentos entrañables con ella, bromas que la hagan reír, comidas que la vuelvan loca, lugares o amigos en común que refuerzan vuestra amistad. Y tirando de ese hilo piensa en un regalo que tenga un sentido dentro de ese universo que tenéis en común. Que cuando lo vea, o cuando lo use, le recuerde inevitablemente a ti, a vosotros.
Da igual que sea algo caro o barato, efímero o duradero, exclusivo o común, porque el verdadero valor será el tiempo y el cariño volcado en la otra persona. El regalo es solo un objeto, todo lo demás es lo que le da sentido.